Red de escritores en español

jueves, 10 de mayo de 2012

Plagados de ratas

27-03-06

General

Buenos Aires está invadida por más de 50 millones de ratas

Sólo en la Capital son más que los habitantes de toda la Argentina. Se calcula que por cada porteño hay 18 roedores y a toda hora se los ve desplazándose por los cables de luz La presencia de estos animales no discrimina barrios ni zonas.

La presencia de ratas en la ciudad de Buenos Aires es un problema que preocupa a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires. Se calcula que por cada porteño hay entre 15 y 18 ratas y basta comprobar la gran cantidad de roedores con solo observar como se desplazan por el tendido de cables de luz y televisión paga.

Las estimaciones sobre la cantidad de ratas que conviven con los porteños son alarmantes. Calculan que hay 50 millones de roedores en la ciudad, cifra que supera a la cantidad de la población argentina,

Estos animales no tienen predilección por alguna zona particular y su presencia puede advertirse tanto en Palermo y Recoleta como en los barrios sureños de la metrópoli, como la Boca.
Según publica el diario Perfíl, el titular de la Asociación vecinal de Recoleta, Miguel Lantermino, se quejó de este viejo problema y asuguró que “no cede la cantidad de ratas en el barrio. Basta con darse una vuelta a la noche para verlas”.
El hombre vive en un octavo piso y explicó que las ratas suben por los caños y entran por los balcones. El vecino tuvo que tapar con cemento un taparrollos donde anidaban los roedores.
Según la presidenta de la Asociación Vecinos de Palermo,. Lucía Lecrew, “toda la zona de la calle Godoy Cruz y la de las bodegas está llena de ratas. La sensación es que cada vez hay más y que no se pueden controlar.
Desde la secretaria de Control Comunal señalaron que reciben 1.600 de reclamos al año pero negaron que las ratas sean un problema para la ciudad.

En tanto, desde las empresa privadas de desratización señalan que cada vez a más demanda de sus servicios en la ciudad porteña.






http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=245661&idxSeccion=0

sábado, 5 de mayo de 2012

Ratas

La rata de alcantarilla es originaria de China y de la zona este de la antigua URSS, de donde comenzó a extenderse en épocas relativamente recientes, de modo que en los siglos XVI y XVII ocupaban Centroeuropa y en el siglo XVIII llegó a Francia. Se dice que en el año 1750 llegó a Paris, y de Francia pasó a España en el siglo XIX. También se ha dicho, aunque no es un dato que haya sido contrastado científicamente, que vino acompañando al ejercito de Napoleón en su invasión de España (W. F. Foster, 1972). Actualmente ocupa prácticamente todo el planeta y no hay lugar ni isla habitada que se vea libre de la presencia de esta rata, que se sirve del hombre y de los barcos para viajar y expandirse por el mundo. Actualmente en España la rata de campo ocupa todo el territorio nacional, incluidas las Baleares y Canarias, aunque en cotas no muy altas, ya que a partir de los 1.000 metros de altitud su presencia se enracece, llegando incluso a desaparecer.



La rata común o de alcantarilla es buena nadadora y buceadora, pero trepa mal, por lo que en aquellos edificios en que coexisten ambas especies, la rata campestre suele ocupar las partes altas del edificio (desvanes, solanas y altillos), mientras que la común ocupa las partes bajas (sótanos, cloacas, alcantarillas, desagües, corrales; etc.); aun cuando lo normal es que la rata común, por su mayor tamaño y agresividad, desplace a la rata campestre. De modo que siendo una especie que no es autóctona de nuestra fauna, con poco más de un siglo de presencia de nuestra geografía, es el roedor más abundante de las ciudades, donde se considera que en algunas de ellas hay más ratas que habitantes humanos.


Territorialmente la rata común es muy agresiva y de agrupación social más organizada que la rata campestre, existiendo en la especie objeto de esta ficha una jerarquía social muy definida, aunque fluctuante, al reajustarse por frecuentes luchas internas, en la que hay individuos dominados que se ven obligados a adaptar sus hábitos de vida a esta situación, teniendo incluso que salir a buscar los alimentos a pleno día. Los miembros del grupo se identifican y reconocen por el olor corporal del grupo, común a todos ellos, al tener un olfato muy desarrollado; también tiene un oído muy fino, siendo la vista su peor sentido, no diferenciando los colores, al parecer. En estos encuentros de distintos individuos se desarrollan una serie de posturas de amenaza y/o sumisión, que ponen de manifiesto la exteriorización del status jerárquico dentro del grupo.


Omnívora y oportunista presenta una dieta muy variada, aun cuando en las ciudades se suele alimentar de basura y desperdicios, mientras que los ejemplares más silvestres prefieren cereales y frutos, aunque la carne también forma parte importante de su dieta. Tiene desarrollada la especie una especial cautela y recelo hacía los alimentos nuevos o desconocidos, por lo que los venenos no suelen ser muy efectivos para combatir a la rata común. Se ha comprobado que ante un alimento nuevo la colonia manda a un individuo dominado a que pruebe el cebo, la muerte tras la ingesta pone en alerta a toda la colonia, que relaciona el consumo del cebo con la muerte y evita el cebo, por lo que los tratamientos suelen perder eficacia. Se considera que para que los venenos agudos tengan éxito, es preciso que la mayor parte de la población ingiera rápidamente la dosis letal; para ello se suelen realizar previamente a la colocación del veneno un adecuado cebado de la colonia. En cualquier caso debe tenerse presente que los roedores muertos son un peligro sanitario importante, no solo para el hombre sino para otros ejemplares de la fauna que los consuma, por lo que cadáveres deben ser eliminados, aconsejablemente quemados.


De hábitos esencialmente crepusculares y nocturnos, puede también verse durante el día, particularmente cuando no es molestada, ni existen gatos en las inmediaciones que las persigan.


Aun cuando se ha constatado en los tiempos actuales una regresión de la población de la rata común o de alcantarilla, particularmente por la supresión de basureros urbanos, la colocación de la basura en contenedores herméticos, la supresión de corrales y establos dentro de las poblaciones y la mayor higiene humana. De todos modos sigue siendo abundante y en algunos momentos puntuales, en que se ve favorecida por circunstancias favorables como la presencia desmesurada de basura urbana, se puede constituir en una indeseable plaga.




Longevidad: Su vida media está en torno a los doce meses, en libertad, mientras que en cautividad puede alcanzar los tres años de vida. La mortalidad de la población joven es muy alta, pudiendo alcanzar el 90 y 95 %.


Época de parto: Esta sexualmente activo a lo largo de todo el año

Parto: La hembra puede parir de 2 a 16 ejemplares (excepcionalmente hasta 22), aunque lo normal son sobre 12, los que deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con restos de materia vegetal y pelo, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin pelo y sin capacidad auditiva y pesando tan solo de 5 a 10 gramos.


Duración de la lactancia: Entre 17 y 22 días.




Madurez sexual: Son precoces muy pronto: alcanza la madurez sexual entre los 8 y 12 semanas.




Alimentación: Omnívora. En medios urbanos fundamentalmente basura y desechos humanos; los ejemplares más silvestres cereales y semillas, incluyendo en su dieta también la carne, insectos y materiales muy diversos tales como papel, madera, goma, plomo, estaño, plástico, por lo que ocasiona frecuentes daños en las conducciones de agua y de electricidad. La rata común puede ingerir cada día un tercio de su peso.


Huellas: Por su poco peso no suelen quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de 2,5 a 3 cms. de largo por 0,5 a 0,7 cms. de ancho. Es también muy característico de la especie los rastros aceitosos, producidos por su piel grasienta, que deja marcados sobre el suelo y lugares por los que pasa habitualmente en sus correrías.


Otros rastros: Los daños apreciados en comida, maderas, papeles o tuberías son los mejores rastros. El cadáver de la rata común, particularmente atropellada por vehículos, también nos puede alertar de su presencia.


Curiosidades ecológicas: La rata se propaga con una asombrosa rapidez. Las hembras crían cada seis semanas y pueden empezar a hacerlo con tan solo 2 meses, naciendo de cada parto una media de 12 crías. En circunstancias ideales (todos los ejemplares viven y se reproducen) una sola pareja puede tener una descendencia de 35.000 individuos. Por fortuna el canibalismo está muy extendido entre estos roedores y muchos ejemplares –particularmentre los jóvenes- son devorados por sus congéneres.


Principales problemáticas: Los daños en alimentos (humanos y de animales de corral) y en los campos de cultivos son las principales problemáticas que se achacan a la rata, por su capacidad para dañar los alimentos. A nivel mundial se estiman las pérdidas provocadas por las ratas en el 10% de la producción, no sólo por el consumo directo, sino también por la destrucción y contaminación que ocasionan. Algunos estudios han puesto de manifiesto que una rata puede consumir 20 Kg. de grano al año, expeler 25.000 cápsulas de excreta (excrementos) y 6 litros de orina, además de perder millares de pelos, por lo que han sido definidas como “una perfecta máquina de contaminación” La posibilidad de transmitir enfermedades hace también necesario su control.



http://www.sierradebaza.org/Fichas_fauna/05_07_rata-comun/rata_comun.htm


martes, 1 de mayo de 2012

En el dia del animal


Y en este Día del animal que fue el pasado domingo quiero brindar por ellas. Las ratas, que se metieron hace como un mes a mi casa y  no se si todavía están o no.

   Ratones Paranoicos -Rock del pedazo


   Rata Blanca - Mujer amante



 Los super Ratones  - Como estamos hoy

miércoles, 25 de abril de 2012

De gaviotas, abejas y sapos


De gaviotas, abejas y sapos.






Había una vez un campo habitado por abejas. Estas tenían todo el espacio libre como para jugar entre las ramas de los árboles, tomar el jugo de las flores que desearan.


Un día, al ver que llegaban decenas de gaviotas decidieron emigrar a un campo vecino con el fin de no mezclarse con nadie y seguir solas. Pero ni bien se instalaron descubrieron que ese nuevo lugar estaba lleno de sapos. Los cuales a su vez, por temor a que estos últimos los agredan se fueron a otro sitio cercano.


De a poco el miedo y la desconfianza hacia el otro, al que veían como enemigo, iba aumentando considerablemente entre cada una de estas especies. Las gaviotas, por temor a que las abejas les hagan daño, se organizaban para vigilar todo su territorio desde lo alto. Estas para protegerse de una supuesta invasión de las aves, colocaban espinas alrededor de sus panales y se dividían en grupos que hacían de guardia día y noche. A la vez que los sapos, con el fin de que nadie ingresara en su nuevo lugar, construían enormes muros de barro frente a sus cuevas.


Con el paso del tiempo los miembros de cada una de estas comunidades veían que nada de lo que suponían ocurría. Las gaviotas volaban siempre alrededor de los mismos árbloes, las abejas pasaban la mayor parte del día ocupadas en sus tareas. Mientras que los sapos no salían mas allá de donde estaban sus cuevas. Hecho que los llevó a perder el miedo y darle cada vez menos importancia al tema de la seguridad.


También empezaban a formarse grupos que se ayudaban entre sí. Como las gaviotas que aprovechaban su vuelo para traer alimentos de lugares lejanos, abejas que regalaban cera y miel o sapos que cuando había tormenta invitaban a todos a refugiarse en sus hogares.


Así fué como estas comunidades de a poco aprendieron a respetarse y convivir en paz. Formando un inmenso campo en donde todos tenían su lugar y abierto a cualquier otro grupo que quisiera radicarse allí.

sábado, 21 de abril de 2012

Otoñal

Otoñal



Las lluvias que ayer faltaban,
hoy de riegar calles y avenidas estan cansadas.




El verde que antes los árboles iban luciendo
ahora un fuerte amarillo lo va tiñendo.



Bermudas que de vestir piernas dejarán.
Junto a sacos que a algun pecho ya se le animarán.




El día pierde espacio
contra la noche que horas le va quitando.




Los rayos del sol pierden fuerza.
Mientras por las mañanas ya se ve una espesa niebla


El otoño se levanta a trabajar,
y el verano se acuesta a descansar.




Se despide hasta el próximo Diciembre
cuando el calor vuelva a derretir otra vez nuestras pieles.
   



martes, 17 de abril de 2012

martes, 10 de abril de 2012

Bebiendo




Bebiendo








La luna que sigue allí

recostada entre las olas de aquel mar.





La brisa que va haciendo siluetas sobre la arena.





En el muelle,

decenas de pescadores esperan ansiosos el plato que luego a su boca llevarán.





Y yo en esta mesa,

bebiendo de lo que el vaso va trayendo a mi garganta.





Bebiendo, bebiendo, bebiendo.





Sin saber después que.





Donde despertaré.

O como mañana el sol me encontrará.