Red de escritores en español

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La carrera



La carrera.





Una vez se pusieron a jugar una carrera un caballo y una tortuga. Alrededor de la pista, que era un largo camino de tierra de aproximadamente cincuenta kilómetros, había una enorme cantidad de gente mirando la competencia y filmando.
Por supuesto que todos hinchaban por el caballo. Era el mas grande, el mas veloz. A nadie se le ocurría que la tortuga pudiera llegar a ganar la carrera.
Y así fue como apenas sonó el silbato de largada el caballo ya le llevaba una ventaja de alrededor de cien metros. Después se fue alejando hasta que la perdió de vista. A cada paso que daba la gente no paraba de darle palabras de aliento.
Una vez que llegó a la meta fue recibido con todos los honores. Las personas lo abrazaban, se le subían encima, había varios que se sacaban fotos a su lado. Hasta le colocaron un collar lleno de laureles.
De a poco, como pasaba el tiempo y la tortuga aún no aparecía, la multitud presente se fue cansando de esperarla hasta abandonar por completo el lugar. Ya se había hecho de noche. Y ese sitio no tenía buena iluminación. Solo un farol en el sector de la largada y otro en el de la llegada.
La tortuga recién pudo alcanzar la meta durante la tarde del día siguiente sin que nadie fuese a recibirla. Pero mientras el caballo fue el mas rápido, el mas aplaudido y el que ganó claramente la competencia la tortuga pudo darse el gusto de sentir y disfrutar de cada cosa que ocurría a lo largo del trayecto. La suave brisa que acariciaba su piel, el aroma de algunos jazmines que iba cruzando, el canto de los pájaros que la acompañaron casi todo el tiempo, una brillante luna llena que dibujaba un maravilloso cielo estrellado, la magia que tiene el sol asomándose en el horizonte, etc.
Tambien aprovechaba y se refrescaba cada tanto en un arroyo que había a algunos metros al lado del camino, paraba a comer cuando tenía hambre o se tiraba bajo un árbol a dormir la siesta sin que nadie la molestara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu lo has dicho,compañero de letras, los hombres genericamente,estamos solos, que es diferente a la soledad...me explico?
un abrazo enorme,gracias por compartir...y este último trabajo tuyo, de verdad, es muy interesanta,da para mas...
lidia-la escriba

Gustavo dijo...

Hola Lidia como estas. Si en parte este cuento que hice es una verdad. Algo que muchas veces tambien le pasa a quien te esta hablando ahora jaja. Que muchas veces es como que se apura demasiado. Tambien el otro dia un conocido me decia que aquel que va muy de prisa se pierde de disfrutar cada momento, emocionarse, etc
En base a todo esto es como que se me ocurrio este cuento.
Te mando un abrazo y espero que tengas buena semana. Chau