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domingo, 20 de febrero de 2011

Santiago

Santiago.

Santiago era un chico como cualquier otro. A eso de los ocho años empezó a notar algo extraño. Como que quería hablar y no le salían las palabras, tenía que hacer fuerza en el inicio de algunas frases o repetía las primeras sílabas. Nunca le había ocurrido antes.
Sin embargo eso no le impedía hacer su normal ritmo de vida. Jugar en la vereda junto a sus dos hermanos y amigos de la cuadra, mirar dibujitos animados por la tele, ir a la escuela, divertirse con sus compañeritos. Incluso en sexto grado fue una vez abanderado y elegido mejor compañero.
Pero esta forma que tenía de hablar a sus padres mucho no les gustaba. Creian que bromeaba. Que lo hacia por gusto o para llamar la atención. Hasta había veces que tardaba demasiado en decir algo y se fastidiaban o ponian mala cara. Lo mandaron a una psicóloga pero mucho no le sirvió. Seguía con el mismo problema.
A los doce años terminó el primario. No faltó el guardapolvo todo pintado y lleno de firmas. Tampoco la fiesta de despedida de sus compañeritos y maestras a quienes no vería nunca mas en un mar de abrazos, lágrimas y bailes al ritmo de Los Fabulosos Cadillacs, Erasure o Ricky Maravilla.
En la secundaria todo fue distinto Con sus nuevos compañeros ya no había ese clima cálido y amable como en la primaria. Sino que todo era mas hostil. A la vez que él tambien estaba mas nervioso por todo ese cambio, si le resultaría facil adaptarse o como lo irían a tratar. Luego aparecieron las burlas y palabras ofensivas por su forma de hablar hasta llegar a convertirse en el blanco de todas las cargadas. Su tartamudez se le agravó. Lloraba, se sentía inferior a los demás. En su casa permanecía horas enteras encerrado en su pieza. Tambien por ese motivo le daba verguenza conocer a alguna chica. Y en su curso había varias que le gustaban.
Cuando lo llamaban a dar lección oral prácticamente se paralizaba y casi no podía hablar de los nervios. Sus profesores lo mandaban a sentarse y darla por escrito en medio de las risas, gritos y burlas. Situación en donde no podía evitar que se le cayera alguna lágrima.
Sus padres tampoco lo comprendían mucho. Lo criticaban por hablar mucho peor que antes. Tambien se quejaban de que no tenía amigos, que no se juntaba con nadie y que aparte de la escuela no salía a ningun otro lado.Cuando tenía quince años decidieron mandarlo a otro psicólogo. Pero Santiago era demasiado cerrado y no tenía mucho interes en contar sus cosas íntimas. Por lo que a los pocos meses se cansó y no fue mas.
En cuarto año Santiago notó que las cosas eran distintas. Sus compañeros no solo que habían dejado de cargarlo sino que a veces hasta lo invitaban a jugar al fútbol, a bailar, a reunirse en la casa de alguno de los chicos. Sin embargo él a todas esas propuestas respondia de modo negativo.
Como que después de todo lo vivido ya no tenía demasiado interes en salir con ellos ni hablarles. Solo se dedicaba a estudiar y esperar que pasara el tiempo. Hecho que lo había convertido en el mas sobresaliente de la clase. El que siempre sacaba las mejores notas, el que cumplía con las tareas al pie de la letra.Tambien notaba que le gustaba una chica. Esta a veces ahora se le acercaba a hablarle. Hasta le pidió perdón por si alguna vez anteriormente lo había ofendido pero él no se animó a decirle nada. De viaje de egresados tampoco quiso ir.
Una vez que terminó la secundaria empezó a trabajar en un negocio de ropa que tenía su padre. En un momento pensaba en seguir medicina. Pero después al ver que era demasiado complicado sintió que no iba a poder y desistió.
Con el paso del tiempo notaba que le gustaba el teatro y que cuando imitaba a personajes famosos no se trababa tanto. Intentó llamar para anotarse en un taller pero apenas le escucharon tartamudear le colgaron el teléfono. Se deprimió y estuvo varios meses dedicándose solo a trabajar en el negocio de su padre. Acomodando la ropa que le entregaban los proveedores, entregando algunos pedidos a domicilio, haciendoles las boletas a los clientes o yendo al banco a pagar algun que otro impuesto. Sintiendo que eso era lo único que podía hacer. Que no servía para otra cosa. Se veía solo en el mundo. Sin amigos ni novia, sin nadie que lo entienda o acompañe. A veces salía con sus hermanos y algun amigo de ellos al cine o a los videojuegos. Pero nada mas que eso. Y con sus padres tampoco hablaba de sus cosas personales. Solo de temas relacionados con el trabajo, algo de política, de economía o de fútbol. Con su madre de vez en cuando después de cenar jugaba a las cartas o se quedaba mirando alguna película.
Otro día probó en ir personalmente a inscribirse en un taller de teatro que quedaba cerca de su casa. Le pidieron sus datos y quedaron en llamarlo. Cosa que nunca hicieron.Volvió a deprimirse. Se encerraba en su cuarto y se ponía a llorar.
Sin embargo a medida que transcurrían las semanas fue recuperándose. Se acostumbró a que las cosas eran de ese modo. Que no había otra opción.Un año mas tarde, cuando ya estaba por cumplir veintidos, leyendo el diario se encontró con un aviso en donde daban clases de teatro. Al principio dudaba si llamar o no. Tenía el miedo a que le ocurra lo mismo que en los casos anteriores. Hasta que por fin se decidió. Lo atendió una voz dulce que le hacía algunas preguntas. El las contestó a su manera y se quedó asombrado al ver que no le colgaba, sino que lo escuchaba y se quedaba esperándolo a que termine de hablar. Arreglaron bien el día y la hora.
Cuando empezó a ir sus compañeros se sorprendían un poco al escucharlo hablar. A veces se les escapaban algunas risas. Otras él hablaba y se ponían a conversar entre ellos. Su profesora le hacía preguntas acerca de como le resultaba ese lugar, si le parecía cómodo, si tenía alguna enfermedad, si era capaz de comprender las cosas que el otro le decía. A lo que Santiago se limitó a responderle que estaba bien, que se quedara tranquila.
De esa manera ahora iba pasando los días. Entre el trabajo en lo de su padre y el curso de teatro que tenía dos veces por semana a la noche. Sus compañeros mucho no le llevaban el apunte. Lo veian como alguien inferior, que nunca iba a alcanzar nada. Hasta a veces sentían lástima.
Pero despues de un tiempo. Al ver que actuando hacía las cosas de un modo ejemplar, muchas veces mejor que ellos, se le fueron acercando. Le hablaban, le formulaban preguntas. Tambien como veian que era buena persona lo invitaban a ir con ellos al bar que iban siempre cuando salían del taller.
Con ese grupo, ademas de las clases habituales, fue haciendo cosas que jamás hizo antes. Como salir a bailar, reunirse en la casa de alguno de los chicos a jugar a algún juego de mesa, ir de vez en cuando a recitales.Luego la llegada del año 2000 y las nuevas tecnologías hicieron que Santiago sacara una dirección de email.Varios meses despues vino una chica nueva al taller. Era media tímida y le costaba integrarse al grupo. Un día chateando por msn con Santiago le comentó que se llamaba Florencia pero que le gustaba que le digan Flor. Tambien le dijo que se quedó asombrada por lo bien que actuaba, por las ganas que le ponía a cada cosa a pesar de su dificultad en el habla. Él le propuso salir a tomar algo el Sábado siguiente y ella aceptó. Conversaron sobre varios temas. Él le contó de su problema, de todas las cosas que había padecido. Ella le dijo que vivía sola con la madre. Que su padre murió hace algunos años y su hermano se fue a vivir con la novia. Luego se abrazaron y besaron. Él la acompañó a la parada del colectivo y quedaron en verse. Así fue como Santiago y Florencia, aparte del taller o las salidas grupales que a veces hacían tambien empezaron a reunirse a solas hasta ponerse de novios. Ella ademas lo invitaba a la casa dejándolo pasar la noche allí. En la pieza que antes ocupaba su hermano. Tambien le presentó a la madre.
Los padres de Santiago si bien toleraban esto dudaban un poco de ella. Del hecho de que lo aceptara a pesar de sus defectos. Tenían miedo de que lo estuviera utilizando para fines perversos. Por lo que no paraban de decirle a cada momento que se cuide, que no sea tan confiado. Que si hay algo que no le gusta que se vaya inmediatamente. Pero Santiago les decía que se sentía cómodo así y que era la mujer de su vida.
Dos años mas tarde Santiago y Florencia se juntaron y se fueron a vivir solos. A sus padres eso mucho no les gustó. Sentían que estaban perdiendo algo. Cuando hablaron de ese tema Santiago les puso las cosas en su lugar explicándoles que él tenía derecho a ser feliz como y con quien quisiera. Tambien notó que cuando tardaba demasiado en decir las cosas seguían haciendo gestos de fastidio terminandole las palabras. Lo que le causó algo de ira.
Luego de un tiempo se casaron y tuvieron un hijo. Ademas como la madre de Florencia era actriz les hizo contactos a ambos para que pudieran actuar en distintos teatros.

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